Al llegar al pequeño valle de Maras, se ve inmediatamente las minas de sal “Las Salineras de Maras”, que su nombre en quechua es Kachi Rasa, estas salinas no están al lado del mar, sino en medio del Valle Sagrado de los Incas; se debe a un manantial muy salado de agua localizado en plena cordillera de los Andes, que da lugar a uno de los espectáculos más bellos de la zona del Valle Sagrado.
Caminando por las salineras nos muestran el manantial de donde viene el agua que alimenta las pozas y nos invitan a probarla, y en efecto, es completamente salada. Pero, ¿cómo se produce la sal? Pues cada propietario llena su poza con cinco centímetros de esa agua y la deja tres días para que el intenso sol las evapore. Ahí ya empiezan a formarse los primeros cristales de sal gruesa. Luego vuelven a llenarla y repetitivamente a lo largo de treinta días. Al final del mes la sal se ha acumulado en una capa de varios centímetros en la poza, a lo que se le llama cosecha.
La salinera de mara está compuesta por unas tres mil pozas de unos 5 metros cuadrados cada uno y cada parcelita (cuadro) tiene su dueño, que pertenece a más de 120 familias que han heredado de generación en generación y son administradas de forma comunitaria.
Los pobladores muestran a los visitantes sus técnicas ancestrales, la vista del conjunto de pozas es espectacular.
El souvenir por excelencia es la sal y no dude ni un segundo en adquirir sales de Maras para cocinar, siendo 100% natural dándole un toque más sabroso a las comidas sin necesidad de usar sazonadores artificiales, además de todas sus propiedades; También aproveche para llevarme una que otras sales de baños exfoliante con esencias de girasoles, rosas y jazmín para disfrutar un rico baño relajante a mi regreso al hotel.
Me gusta que mis viajes tengan esa mezcla perfecta de cultura, naturaleza, gastronomía y espiritualidad… Definitivamente en este reciente viaje a Cusco, no puedo negar que fui sorprendida por la belleza de los paisajes, la amabilidad de su gente, las ricas comidas y sobre todo esa relación armoniosa entre las obras majestuosas de las culturas Incas y Pre Incas; y el causé de la naturaleza que se envuelven en un todo, me llenaron por momentos de una sensación de equilibrio y calma.
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