“Un viajero sin capacidad de observación es como un pájaro sin alas” –

Moslih Eddin Saadi

38

Ese lago del que tantas veces leímos su nombre en las clases de geografía y que se había convertido en una especie de ensueño, hoy hecho realidad ante mis ojos.

Con espectaculares paisajes andinos que por sí solo son una fotografía, donde predomina la mística y los colores, con un cielo azul que se une al horizonte, en medios de pequeñas aldeas de las culturas Aymara y Quechua; ubicado en una de las zonas geográficas más excepcionales del Altiplano, siendo el lago navegable más alto del mundo a 3.810 metros sobre el nivel del mar en la Cordillera de los Andes de América del Sur. Frontera entre Perú y Bolivia.

19

Mientras navegábamos por el lago Titicaca salgo a la parte de fuera del barco y estando sentada en un lateral y mirando el paisaje que tengo frente a mí, sólo puedo pensar una cosa, “estoy más cerca de cielo de lo que nunca imagine estar”. Tengo esa sensación de grandeza interna y al mismo tiempo sentirme tan diminuta e significante en medio de aquel majestuoso lago.

24

El recorrido fue muy tranquilo, turbando el agua a nuestro paso, con el aire acariciando mi rostro, era el momento perfecto para relajarme y disfrutar de aquellas horas muertas leyendo el libro que me acompaño durante mi viaje, con la sensación de estar allí y al mismo tiempo en la nada.

4

Durante mi travesía visitamos las Islas Flotantes de los Uros que son un conjunto de islas artificiales hechas de una especie de junco llamado Totora.

La totora crece en algunas zonas del lago Titicaca. Esta planta es la materia prima que la gente de los Uros usa para construir las islas flotantes donde vive, sus pequeñas casas e incluso hasta se alimentan de estas.

8

Los Uros son isleños nómadas. Anclan las islas donde quieren y cuando se cansan del sitio se mueven como si fueran barcos. También suele ocurrir que si anclan mal la isla pueden despertar por otra parte del lago; es decir pueden  dormirse estando en Perú y despertar en Bolivia o viceversa.

10

Al llegar a la Isla de los Uros, los mismo nos recibieron con mucha amabilidad y el jefe de familia nos dio una pequeña charla sobre su cultura y su forma de vida, al terminar la charla nos invitaron a dar un paseo por su embarcación llamada totora.

20

Al regresar nuevamente a la isla flotante, nos invitan a pasar a sus pequeñas casas y nos muestran cómo viven, para luego pasar a sus puestecitos de artesanía para mostrarnos las cosas que hacen en su mayoría de totora, por supuesto que al márchanos nos llevamos uno que otros recuerdos en la mochila, en mi caso no podía faltar un par de atrapasueños hechos de totora para mi colección.

Sin duda es una linda experiencia compartir de cerca con los Uros, aunque debo confesar que la frecuencia de turistas ha hecho que se altere parte de su vida cotidiana y sus costumbres, se puede percibir en la manera en que nos hablan, hoy día además de vivir de la pesca, viven del turismo.

También visitamos la isla de Taquile  o Intika

Llegar a la plaza principal de la Isla de Taquile, me tomo casi media hora andando muy despacio, con la respiración entre cortada por la subida, y el mal de altura, pero con unos paisajes de postales, donde nunca perdíamos de vista al gran lago Titicaca.

32

Los habitantes de Taquile se destacan por su arte textil, UNESCO lo ha declarado como patrimonio intangible de la humanidad.  Lo que me resulto más curioso fue encontrarme durante mi recorrido por la isla a hombres tejiendo, posteriormente los lugareños me explicaron que es tradición que sean los hombres quienes tejan y lo hacen desde que son niños.

Otra característica de los habitantes de Taquile es la vestimenta, donde pudimos apreciar que con pequeños detalles ya sea en el gorro (Chullo) de los hombres o el cinturón de las mujeres indican si están casados, prometidos o solteros.

31

En esta isla tuvimos tiempo para almorzar, la comida estuvo deliciosa una sopa de quinua como entrada, una rica trucha con arroz y vegetales, y no podía faltar el mate de muña y coca, para aliviar el mal de altura.

Luego del almuerzo tuvimos tiempo para recorrer gran parte de la isla, donde cada lugarcito de la misma era pintoresco por sí solo.

40

Se dice que el lago Titicaca, es la segunda chakras de la Pachamama (Tierra), que contiene una ciudad de luz cristalina bajo sus profundas aguas.

De acuerdo con muchas antiguas culturas, hay una conexión entre la Tierra y nosotros. Mucho se ha hablado de la energía que posemos y de cómo está ligada a todo lo viviente. Tal vez sea la razón por la que este lugar produce una sensación mística inexplicable.

47

48

“Una vez que has viajado, la travesía nunca termina, sino que es recreada una y otra vez a partir de vitrinas con recuerdos. La mente nunca puede desprenderse del viaje”. – Pat Conroy